“Cada vez es mayor la cantidad de compañías y grupos de trabajo que vienen a hacer sus jornadas a Bariloche, incluso algunos llegan desde el exterior para sus reuniones”, explicó Adrián Sánchez, empresario turístico local, en diálogo con el medio rionegrino Canal E.
Según precisó el ejecutivo local, complejos como Villa Labrador ofrecen la infraestructura y el entorno ideales para este tipo de experiencias donde se combina trabajo, descanso y naturaleza patagónica.
La tendencia no es nueva, pero sí se intensificó. Las promociones comerciales, con planes de cuotas, descuentos y paquetes 3x2, contribuyeron al auge de este segmento. “El verano se aproxima como una temporada muy fuerte en materia de turismo empresarial”, señaló Sánchez, destacando además que la ciudad cuenta con conectividad aérea y servicios de nivel internacional para sostener esta demanda.
Pese al auge corporativo, la ciudad rionegrina de San Carlos de Bariloche mantuvo su impronta tradicional como destino estudiantil. “El turismo de egresados es un clásico, inalterable. Todos los años colapsa de estudiantes en la temporada de viajes”, subrayó el empresario.
El turismo internacional, en tanto, muestra señales de recuperación. Con un dólar en torno a 1.350-1.400 pesos, las consultas desde el exterior volvieron a crecer, mientras que el turista argentino evalúa la conveniencia entre viajar al exterior o elegir la Patagonia.
En este escenario, Bariloche se proyecta como un destino competitivo gracias a la combinación de su oferta natural, su infraestructura hotelera y la disponibilidad de vuelos de bajo costo, que facilitan el acceso a un público más amplio. “Si querés trabajar en este sector, tenés que acomodarte, no hay otra alternativa”, resumió Sánchez.
De esta manera, la ciudad patagónica afianza su doble perfil: referente indiscutido para el turismo estudiantil y nuevo imán para encuentros empresariales, consolidando su lugar entre los destinos más versátiles de la Argentina.