La tendencia coolcations -que combina la idea de vacaciones frescas- tomó fuerza entre viajeros europeos y estadounidenses llegando a sus pares de Argentina  que descubrieron alternativas al calor intenso. Estos destinos ofrecen la posibilidad de disfrutar de paisajes naturales únicos, días extensos de sol y actividades al aire libre que recuperan el contacto con la naturaleza, una experiencia cada vez más valorada en el turismo contemporáneo.

De acuerdo con Virtuoso, una red global de agencias de viajes de lujo, y reportes de Dragon Pass, los destinos fríos del norte crecieron un 44% en reservas durante 2024, con un aumento superior al 100% en las regiones nórdicas. Este auge refleja una preferencia creciente por lugares remotos, con climas moderados y enfoques sostenibles, evidenciando un cambio profundo en las prioridades del viajero para 2025. Los profesionales argentinos del sector turístico tienen aquí una gran oportunidad para ofrecer propuestas innovadoras y adaptadas a esta demanda emergente.

Los países nórdicos y Canadá destacan por sus contrastes: desde fiordos imponentes hasta extensos bosques y glaciares, con la ventaja añadida de días que pueden durar hasta 24 horas en verano. Este fenómeno de luz continua abre un abanico de actividades que enriquecen la experiencia del visitante, desde caminatas y exploraciones hasta el avistamiento de fauna silvestre en entornos prístinos, un verdadero refugio frente al estrés y el calor.

Andy Marsh, fundador de la compañía Polar Escapes, señaló que muchos viajeros eligen destinos como Svalbard para disfrutar del hielo y las bajas temperaturas cuando el sur de Europa sufre olas de calor extremas que superan los cuarentas grados de sensación térmica. 

Esta decisión refleja un cambio en la mentalidad turística donde la calidad del clima y la autenticidad del entorno son factores clave para el placer y la salud durante las vacaciones. Para los agentes de viajes argentinos, esta es una tendencia que invita a diversificar la oferta y a promover viajes conscientes y responsables.

Además, estas “coolcations” no solo son escapatorias climáticas, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza de manera más profunda y sostenible. El turismo así pasa a ser una herramienta para el bienestar personal y la preservación ambiental, valores cada vez más resonantes entre los viajeros profesionales y consumidores actuales. En un contexto de cambio climático y conciencia creciente, estos destinos fríos se presentan como alternativas ideales.

Finalmente, para el mercado de turismo argentino y regional, la consolidación de esta tendencia supone un desafío y una inspiración. La clave está en adaptarse con creatividad, ofrecer experiencias auténticas, cómodas y sostenible, y acompañar a los viajeros en esta búsqueda de frescura, calma y descubrimiento en un mundo que cambia rápidamente. El futuro del turismo se viste de frío para quienes apuestan a conectar con una nueva forma de viajar.