El plan busca revalorizar las 75 hectáreas del histórico complejo, combinando inversión público-privada, gobernanza compartida y planificación urbana con enfoque sostenible. La figura institucional aún está en definición, pero contemplaría una sociedad mixta entre el Estado nacional, el municipio e inversores del sector privado.

Según explicaron los impulsores, la futura “Corporación Urbanística Chapadmalal” integraría viviendas multifamiliares, servicios de salud, un área educativa, complejos deportivos, bicisendas y una playa activa, además de la restauración integral de los hoteles existentes. La propuesta fue difundida públicamente a través de la red social X por el propio Giri.

El modelo de financiamiento combina recursos estatales en una primera etapa, inversión privada a través de fideicomisos y concesiones, y posibles líneas de crédito de organismos multilaterales como el BID, CAF o FONPLATA. Esta estructura, sostienen, permitiría viabilizar el proyecto sin depender exclusivamente del presupuesto público.

“Es una propuesta transformadora que revaloriza un enclave emblemático del turismo social argentino, para convertirlo en un nuevo núcleo de desarrollo turístico, educativo y habitacional con identidad costera”, señaló Emiliano Giri en declaraciones formuladas ante la prensa local. La presentación se enmarca en un contexto de creciente interés por los esquemas de reconversión patrimonial bajo modelos de urbanismo integrado.

El complejo social de Chapadmalal, construido durante el primer gobierno peronista como emblema del turismo accesible, cuenta hoy con nueve hoteles, varios en estado de deterioro avanzado y se encuentra bajo jurisdicción nacional. El proyecto plantea que el Estado no perdería la propiedad de los inmuebles pero sí abriría la gestión a actores privados mediante un nuevo esquema de gobernanza.

Entre los objetivos estratégicos, se destaca la intención de dinamizar el sur de Mar del Plata, descentralizando el turismo y estimulando la inversión en infraestructura de mediana y alta gama, con foco en la sostenibilidad, la inclusión y la diversificación económica.

La propuesta abrió el debate en la comunidad local al igual que en sectores del turismo social argentino que reclaman preservar el carácter histórico del complejo aunque también se valoran las oportunidades de recuperación urbana en una zona con alto potencial de desarrollo.