De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT), Asia concentra actualmente más del 30% de las inversiones globales en turismo, con China, Japón, India, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos como principales polos receptores.
Estos cinco países asiáticos apuestan tanto a la construcción de aeropuertos de última generación, resorts de lujo y trenes de alta velocidad, como al desarrollo de corredores verdes y destinos inteligentes que integran energías renovables y gestión digital de servicios.
El caso de China destaca con proyectos como el incremento de su red ferroviaria turística y la ampliación de aeropuertos en Shanghái, Guangzhou y Chengdu. India, por su parte, impulsa el programa Dekho Apna Desh para captar inversiones en hoteles, parques temáticos y circuitos culturales, mientras que Tailandia fortalece su plan Thailand 4.0, orientado a experiencias de wellness y turismo médico.
En Medio Oriente, los Emiratos Árabes Unidos continúan liderando con megaproyectos como The Line y Neom en Arabia Saudita, que buscan transformar al Golfo en un centro de innovación turística global.
Japón, además, aprovecha el legado de los Juegos Olímpicos y la Copa Mundial de Rugby para atraer capital privado en infraestructura urbana y hotelera.
Los analistas destacan que una de las claves del auge asiático es la apuesta por el turismo sostenible y digital.
Desde el uso de inteligencia artificial en la gestión de flujos de visitantes hasta la implementación de sistemas de movilidad eléctrica en ciudades turísticas, las inversiones apuntan a mejorar la experiencia del viajero sin descuidar la preservación ambiental.
La región se prepara así para recibir más de 700 millones de turistas internacionales hacia 2030, según las proyecciones de la OMT. El objetivo es claro: consolidar a Asia como destino preferido por su diversidad cultural y natural, también como referente en innovación, sostenibilidad y competitividad global.